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Caso Kathleen Folbigg – La importancia de la prueba científica

Caso Kathleen Folbigg – La importancia de la prueba científica

La importancia de la prueba científica frente a la circunstancial, en casos criminales radica en la objetividad y confiabilidad que proporciona.

En tanto la evidencia circunstancial son hechos parciales que sugieren una probabilidad de la intervención de una persona.

La prueba científica se basa en métodos, técnicas y protocolos que proporcionan validez jurídica en el debido proceso.

En el caso de Kathleen Folbigg, la utilización de la prueba científica resultó fundamental para revisar su condena. Durante su juicio original, la evidencia presentada se basó principalmente en circunstancias relacionadas con los diarios de Folbigg, en los que expresaba sus problemas con la maternidad. Sin embargo, no se presentaron pruebas físicas de asfixia o lesiones a los niños.

La nueva investigación llevada a cabo por un equipo de inmunólogos reveló que los hijos de Folbigg tenían mutaciones genéticas relacionadas con enfermedades cardíacas y epilepsia. Estos hallazgos científicos proporcionaron una explicación alternativa plausible para las muertes de los niños, lo que llevó a la revisión del caso y a la indultación de Folbigg.

La evidencia científica tiene la capacidad de proporcionar información objetiva y fundamentada sobre los hechos en un caso criminal. Esto puede incluir pruebas de ADN, análisis forenses, testimonios de expertos en campos específicos, entre otros. La ciencia brinda un marco riguroso y confiable para analizar y evaluar las pruebas, lo que puede llevar a conclusiones más sólidas y justas.

Es importante destacar que la evidencia científica no es infalible, pues el hecho de ser científica es revisable, no obstante, la utilización del método y ajustado a protocolos, evita el sesgo. De allí que una de las garantías para este tipo de pruebas es utilizar los principios Dauver, así se evita además del sesgo del perito, el sesgo del tribunal.

En general, la prueba científica es confiable en comparación con la evidencia circunstancial, que por regla general se basa en testimonios personales, sin ningún respaldo científico y es más subjetiva y susceptible a sesgos.

El caso de Kathleen Folbigg destaca la importancia de considerar la evidencia científica en la investigación criminal y los procesos judiciales. Los avances científicos y tecnológicos continúan mejorando nuestra comprensión de los eventos y fenómenos relacionados con los crímenes, lo que a su vez puede tener un impacto significativo en la justicia y en evitar condenas erróneas. Por lo tanto, es esencial que los sistemas legales sean sensibles a la ciencia y estén dispuestos a revisar y considerar nuevos hallazgos científicos en casos criminales.